A veces parecen venir a mí los recuerdos de una vida pasada, a veces tan reales a veces tan falsos, pero siempre regresan, una vida en la que tal vez alguna vez quise tener, un camino sesgado hacia la superficialidad y el egoísmo de solo pensar en uno mismo, son momentos de cierta angustia mezclada con nostalgia, ¿Y si hubiera tomado aquella decisión?, ¿Y si no hubiera escogido esto? ¿Qué sería de mi ahora?, preguntas que tal vez ya no deberían de resonar en mi cabeza emergen de vez en cuando como una madera al flote que intenta no caer, eso pasa muy a menudo... cuando volteo hacia atrás, ¡pero! (siempre hay un pero) volteo hacia enfrente, miro de nuevo la meta y veo la luz claramente, es una sensación de tranquilidad que solo se da cuando sabes hacia dónde vas, el cómo llegar es algo incierto pero lo importante es llegar, solo así es que encuentro la salida a esos recuerdos que no son más que eso, recuerdos, tiempos de una vida que ya pasaron y que a veces se aferran a la superficie para poder regresar pero no se dan cuenta que están rotos, que viven a la deriva de un colapso inminente ¿y es acaso que quieren llevarnos con sigo?, me respondo y digo: no, solo son fragmentos perdidos de algo que ya pasó y que quisiera seguir pasando pero que ya terminó, no es su culpa, después de todo son nuestros, nuestros recuerdos nunca morirán solo que hay un tiempo para cada cosa, ya no es su día ni su momentos de vivir ahora solo hay que enfocarse en la meta, mirar alrededor y ver a aquellos que siguen nuestros pasos y continuar.
Recuerdos de una vida pasada.
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